Mujeres malabaristas.

Confieso cada vez con más naturalidad y menos culpa que mi celular es una extensión de mi mano, que empieza donde terminan mis dedos en una prolongación a la que casi no se le ven las costuras.
Es que con el tiempo uno aprende a asumir los errores o defectos que no puede cambiar como características de la personalidad que nos hacen quienes somos y con las que nos presentamos al mundo con esa suerte de mantra de «tómalo o déjalo» como si fuéramos un paquete cerrado e inmodificable.

No se bien cuando empezó. Mi adicción digo. Ese pegote extraño e innecesario a un aparato que me mantiene conectada y desconectada de todo a la vez.
A veces pienso si «padezco» o no el ahora tan popular FOMO («Fear Of Missing Out», el miedos a estar quedándose afuera o perdiéndose algo) o tal vez algún síndrome menos conocido y con un nombre menos simpático. O tal vez soy simplemente algo estupida.
Otras veces pienso que es una consecuencia lógica y necesaria de esta suerte de doble vida de Superman/Clark Kent que llevo hace ya un tiempo y que hace que el tiempo para el trabajo sea el tiempo para el trabajo y que el tiempo para lo otro (compartir fotos, responder mails, y comentarios, publicar en redes sociales y mas) sea el tiempo de caminar del escritorio al baño, o del trabajo a mi casa, o de mi casa al trabajo, o arriba de un taxi o de un colectivo o un subte, o antes de dormir o apenas me despierto.

Es una adiccion que de solo escribirla siento que me cansa y me agota y aún así no puedo funcionar de otro modo.
Hace algún tiempo mi papá me pregunto si tenía un “Community Manager” para el blog. Lo mire con mi mejor cara de “De verdad te pensás que me da para pagarle a alguien para que maneje las redes sociales del blog, dale” y le respondí “No, no, lo hago yo” porque era más fácil y más corto.

En ese intercambio constante con una pantalla táctil con conexión a internet que me conecta con mi segundo universo y con esa gente que quiero tanto y tengo tan lejos, me permito solo pequeñas pausas.

Un poco creo que fue intencional, y otro tanto una consecuencia natural. Es que me desprendo de esa extensión de mi mano solo cuando paseo a mi perro. Tal vez porque siento que no puedo con un perro y un celular a la vez o tal vez porque quiero ese momento para el, para mi, para mirar a la gente, para prestar atención a todo lo que me pierdo.

Y después? Después están esos fines de semana donde ni asomo la cabeza por nada que no sea contacto cara a cara y del bueno, h entonces no se.

No, no creo que lo mío sea FOMO.
Creo que es más bien el síndrome de la mujer malabarista que trata de equilibrar trabajo con vida social, todo eso mientras camina por la cuerda floja de exigencias y pedidos, esperando que abajo este la red de contención que haga que no caigamos al vacío.

 

Y si ser mujer y malabarista implica también lidiar con las miradas propias y las ajenas, y con lo que parece ser el arte mismo de sobrevivir últimamente.

Porque me cuesta poner en palabras, en este lugar, en este espacio lo que es bronca, indignación, sensación de desidia. Porque levanto la voz siempre que puedo, y aunque los demás no quieran.

Este espacio es esto, es a veces empezar hablando de una cosa, y después de otra, y es moda, y es tendencias, y es viajar, pero también es pensar, y expresarse y compartir.

Sepan disculpar.

 


Nota: hace ya varios años cuando me preguntan “Y que te gustaría ser (cuando seas grande)?”, respondo: “Escritora”, y sin embargo pocas veces escribo textos que me animo a que otros lean.
Fue por eso que, hace algún tiempo, me animé a sumar algunos posts con más texto que imágenes, bajo el nombre de los #postdelosmartes. Pueden ver todos los anteriores posts de esta “sección” haciendo click en este link.
Estos textos pueden tener algo, mucho, poco o nada de verdad. Cualquier similitud con la realidad, es pura coincidencia. O no.
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Flor
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13 Comentarios

  1. 17 marzo, 2015 / 12:07 pm

    Me parece genial que lo aceptes, yo también lo acepto… pero también creo que en este momento es una herramienta que nos sirve para comunicarnos, no sólo en las redes sociales sino con aquellos que tenemos lejos. Por mi parte, esa extensión de mi mano es lo que me ayuda a acortar distancias, a sentir más cerca a los que quiero… por eso me gusta tener esa extensión y me siento tranquila de saber que la tengo. También coincido con tu concepto de mujer malabarista que busca abarcar e incluir cada parte de su vida y lograr que vivan en armonía.
    Saludos… Carli

  2. Nazarena Zavala Kirchoff
    17 marzo, 2015 / 12:28 pm

    Flor te super entiendo con el temita del celu,Ejemplo vas viajando de 10 ,8 con el celu uno leyendo y uno dormido. Es increible. Pero me parece lo mejor no contratar un CM asi se siente mas natural tus respuestas y posteos.
    Besosss

  3. Flavia
    17 marzo, 2015 / 2:43 pm

    Te acerca a quienes tenemos lejos y te aleja de quien tenemos cerca. La contradiccion en si misma.

  4. Romi
    17 marzo, 2015 / 4:44 pm

    Hola flor!! Te felicito, me encanta la evolución de tu blog, te sigo hace tiempo y realmente tu trabajo y dedicación se nota. Saludos!!!!

    • Flor
      Autor
      17 marzo, 2015 / 7:59 pm

      Gracias <3 <3

  5. Dani
    17 marzo, 2015 / 6:32 pm

    Hola flor, me identifico en cierta parte con respecto a considerar al celular como una extensión del cuerpo, pero no es una adicción/síndrome ni nada parecido, es aprovechar al máximo el tiempo. Si querés yo soy tu Community Manager gratis! Jajaja te admiro a vos y a lo que lograste con el blog. Beso grande

    • Flor
      Autor
      17 marzo, 2015 / 7:59 pm

      jajajaja que tierna!! Gracias 😀

  6. Pri Pastor
    18 marzo, 2015 / 12:48 am

    Aquí tu lectora silenciosa o como hoy que vuelve a escribir, de los pots de los martes. Me gusta este espacio.
    Me pasa algo parecido a lo que compartís, de que este aparato sea una extensión casi sin costura visible. Justo el otro día me fui al trabajo y me lo olvide en casa. En el colectivo me di cuenta y me dije ni loca vuelvo a buscarlo, y me justifique porque llegaba tarde. Pero si me pregunté si sobreviviría. La verdad, que quizá fue una excusa el llegar tarde para no buscarlo, quizá fue mi inconsciente, porque en verdad necesitaba desconectar(me). La verdad no sé, pero sí sé que pude estar sin él. Y hasta disfrute mucho más las cosas. Me pasa igual cuando paseo a Sigmund, no voy con celular y es una experiencia mágica de conectar conmigo, con él, y con mi entorno. Me recuerda lo simple y el aquí y ahora.
    Me gusta que levantes la voz, hace varios posts que vengo compartiendo el que tenemos que #levantarlavoz Y agrego que toda herramienta es buena en su punto medio, no son buenos los excesos. Por eso si al celu para comunicarnos, pero no al celu cuando estamos en 3d con las personas. Creo que ahí se desvirtúa todo.
    besotes

    • Flor
      Autor
      18 marzo, 2015 / 9:31 am

      Gracias por pasar y comentar Pri!
      Me acuerdo haberte leído por tw que te olvidaste el celular… y si, supongo que en algun punto pensamos que no podemos sobrevivir, y eventualmente podemos, obvio!
      Y «si al celu para comunicarnos, pero no al celu cuando estamos en 3d con las personas» —> tal cual!
      Besos linda!

  7. Carla R.
    18 marzo, 2015 / 11:22 am

    Ayer justo tocamos éste tema con mis alumnos (nivel senior 6, 17-18 años, el ultimo año en el instituto de inglés donde trabajo) benefits and drawbacks of mobile phones, y me alegró mucho saber que mi pensamiento acerca de los celulares no es de «vieja chota» sino que hay muchos chicos que piensan lo mismo que yo. Reconozco que tiene muchos usos y beneficios tanto sociales como comunicacionales, y tengo celular y lo uso y todo, pero odio estar hablando con una persona y que se corte la conversación por mirar el celular, odio estar reunida con gente y que cada uno esté en la suya viendo lo que ya vieron hace 5 minutos en Facebook, odio que mi celular suene (directamente no tengo ringtone) y gracias a la vida y a Sam Hurst por las pantallas táctil y chau BlackBerries con sus teclas y ticki ticki ticki que me vuelven completamente loca.
    Como decía otra lectora, todo bien con el celular, pero conectemos con la gente tridimensional-mente, no seamos un emoticon, no mandemos corazones, seamos corazones!

    Muchos de mis alumnos ya manejan (moto, auto) y les mostré un video que circulaba por Facebook, en el que en el cine muestran una escena de un camino precioso, arboles, pajaritos, naturaleza y de repente, les hacen llegar un msj a todos los que estaban en la sala y pum! en la pantalla un choque y el sonido muy real todo y una leyenda que por perder un segundo con el celular, podemos perder la vida y los re traumé jajaja pero bueno era para que tomen conciencia.

    Me re extendí pero bueno, estos temas son para mucho debate y me encanta opinar jajaja
    Besos!
    Car.

    • Flor
      Autor
      18 marzo, 2015 / 2:49 pm

      Gracias por comentar y sumarte <3
      Y si, es muy cierto todo lo que decís.
      Supongo que es diferenciar cuando nos estan conectando y cuando nos estan separando de nuestros seres queridos o poniéndonos en peligro.

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