3 cosas que aprendí viajando por China

Más las tantas otras que tuve que desaprender momentáneamente

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LA foto de Shanghai: el cordón de la costanera decorado con edificios altos e innovadores. Uno de los principales es el de la Perla Oriental. Abril 2016 – Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó

“Viajando, se aprende un montón. ¿Cuántas veces escuché esta frase? Quizá porque lo dan por obvio, quizá porque no haya una respuesta precisa, nadie me dijo qué aprendemos cuando viajamos. Es muy probable que las enseñanzas sean de distintas naturalezas y necesitemos bastante tiempo para procesar todo el conocimiento que adquirimos.

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Escenas de Beijing. Izq.: El oso panda, uno de los íconos de la ciudad. Der.: Momento de decisión en el subte. A pesar de la alta tasa de turismo, no toda la ciudad está traducida al inglés. Abril 2016 – Beijing, China – Ph.: Jennifer Micó

El post de hoy se pregunta si esto es cierto. ¿Destino? Shanghai y Beijing, China. Como ya se habrán dado cuenta en los posts previos, no me siento cómoda escribiendo sobre atracciones o dando recomendaciones de lugares, si es que no tengo una historia para contar. A pesar de ser estas ciudades de China muy diferentes entre sí, si decidí presentarlas en un mismo post es porque tres cosas que me llamaron la atención estaban presentes tanto en una como en la otra.

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Uno de los tantos Starbucks de Shanghai. Este está ubicado en una de las zonas más antiguas de la ciudad. El régimen comunista chino bloqueó servicios como Google pero sí admite cadenas como McDonald’s y Starbucks. Abril 2016 Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó

  1. Escupir en la calle está permitido.

De hecho, parece casi obligatorio. El motivo no es claro. Si googlean ‘¿Por qué los chinos escupen en la calle?’ van a encontrar diferentes respuestas: por tradición y por salud son las explicaciones más frecuentes. Según la mirada de algunos turistas, hay chinos que lo hacen todo el tiempo mientras que otros viajeros tienen una mirada más relativizadora.

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En una ciudad de más de 24 millones de habitantes, conseguí asiento en el subte y no pude evitar retratar este momento.. Abril 2016 Beijing, China – Ph.: Jennifer Micó

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Palacios de verano. Abril 2016 – Beijing, China – Ph.: Jennifer Micó

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Ciudad Prohibida. Abril 2016 – Beijing, China – Ph.: Jennifer Micó

  1. Verde-circular, amarillo-desacelerar y rojo: circular otra vez!

La calle es uno de los punto a prestar más atención cuando se es nuevo en la ciudad. El objetivo es evitar ser víctimas de accidentes de tráfico y/o provocarlos. En China hay semáforos pero los colores no tienen el significado que suelen tener, digamos, en el resto del mundo. No hay una regularización muy estricta que obligue a detenerse a los autos. Además, las motos y bicicletas eléctricas siguen una dinámica constante, escabulléndose entre vehículos y peatones.

Debo admitir que aunque me llevó unos días acostumbrarme a este modelo de semáforo, el sistema es altamente efectivo ya que ni conductores ni transeúntes deben esperar tiempos ridículos para cruzar la calle.

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Curiosidades en los negocios shanghaianos. Izq.: ¿Encontraron las patas de chancho entre otros snacks locales? Derecha, arriba: Messi en Shanghai. Derecha, abajo: También en China hay platos típicos en formato congelado. ¿Probaron alguna vez las empanaditas chinas? Abril 2016 Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó.

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Uno de los edificios más vistosos del “Soho” de Shanghai. Tuve la suerte de llegar a la ciudad justo para el Shanghai Fashion Week. Con cámara en mano, conocí diseñadores, periodistas y modelos super buena onda, pueden ver algo del coolhunting que hice con ellos.  Abril 2016 – Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó.

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Momentos de mimos. Izq.: Pausa de descanso en el Soho: un té (infusión favorita en el país!) y a seguir. Der.: Una felicidad el haber llegado a la peluquería de este peluquero genio. Casi no podíamos hablar pero nos entendimos muy bien. La única frase que me dijo al terminar el corte fue: “You happy, me happy.” Abril 2016 – Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó.

3. No está mal hacer ruido al comer

Sea lo que sea que haya en el plato, la regla que se sigue es “hacerlo sonar”. En los pequeños restaurantes, de pocas mesas pero con mucha gente se conforma, poco a poco, una orquesta de músicos con todos los instrumentos: sopas, fideos, palitos y pedazos gomosos de carne de cerdo. En China, al igual que en otros países, la norma es masticar con la boca abierta.

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 Desde chica frecuentaba los tenedores libres chinos. También tuve un período muy delivery chino durante algunos años de facultad. Sin embargo, al aterrizar en China descubrí que eso que nosotros (y series y películas) llamamos ‘comida china’ no se parece en nada a los platos que saboree en estas tierras. Algunas veces, hice la orden sin tener idea de lo que comería: los elegía señalando de forma aleatoria. Nunca supe qué comía y probablemente ya nunca lo descubra. Izq.: Un salteado con carne, vegetales y especias nuevísimas para mi paladar. Der.: cerdo laqueado con más verduras nuevas y arroz blanco al vapor.  Abril 2016 – Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó.

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¡Delicia! Arr.: pato pekinés, made in Pekín. Un plato típico de la ciudad en un restaurante típico. El pato tiene un sabor particular y viene acompañado de unos panes huecos y fritos, bastones de verduras, diferentes salsas y una especie de fajitas ultra delgadas. Ab.: espinacas, repollo, noodles y finas fetas de carne: todo crudo. No se trata de una práctica de alimentación derivada del rawfood. Todo se cocina, en la mesa y por los propios comensales. Uno de los camareros trae agua hirviendo que vierte en la fuente que se ve a la izquierda. Con especias y salsas, cada uno disfruta del bocado que prepara inmediatamente antes de comer. ¡Voilà el Hot Pot! Abril 2016 – Beijing, China – Ph.: Jennifer Micó

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Sabores locales. Izq.: una rareza en Shanghai. De los dulces más salados que probé en mi vida. Una masa de té verde rellena de porotos rojos azucarados y huevo duro: ¡aprobado 10! Centro: el sunday de McDonald’s en Shanghai tiene sabor a ¿cereza? Der.: pastel de luna. Es una masa de hojaldre rellena que viene en diferentes sabores. En este caso, probé el tradicional de Pekín: flores. ¡Una delicadeza! Abril 2016 – China – Ph.: Jennifer Micó

Vaciar la tarjeta de memoria

Aprendí que para disfrutar los viajes no hay que comparar los destinos que visitamos con ‘casa’. Del mismo modo, no está bueno despotricar toda la cultura propia cuando regresamos después de un tiempo afuera. Típico: ‘En Berlín, si dice que el colectivo llega a las 16:07, el colectivo llega a las 16:07. En cambio acá…’

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Believe it or not, las dos fotos fueron tomadas a una diferencia de 180 grados. Parada en la misma esquina, saqué primero una. Di media vuelta y saqué la otra. Es un punto límite entre dos barrios de Shanghai. En la izquierda, casas más precarias con ropas tendidas en balcones y cables de luz. En la derecha, ya se visualizan la vereda y arquitectura elegantes que caracterizan a Xintiandil, el ‘Soho’ de la ciudad. Abril 2016 Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó

Cada destino es una oportunidad para tomar consciencia de la inmensidad del planeta en el que vivimos, así como de la diversidad igualmente enorme que cabe en él. Parece, entonces, bastante naiv creer que nuestro sistema de valores es el mejor para todo el mundo.

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Algunos de mis rincones favoritos de Shanghai. Izq.: Neón en la noche de la peatonal Nanjing. Der.:  Plaza del Pueblo, a la tarde. Abril 2016 – Shanghai, China – Ph.: Jennifer Micó

Tampoco es necesario enamorarse de cada sitio al que vamos. Siendo mucho menos pretenciosos, vale aprovechar cada recorrido para recordar que un país es, ante todo, gente. Gente que puede hacer las cosas de una manera extremadamente diferente a la nuestra pero que, desde lo más profundo de nuestros orígenes, está conectada con nosotros.

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Uno de los puntos más buscados de la Gran Muralla. Nada de selfie: hay suficientes turistas para pedir una foto a la vieja usanza. Abril 2016 – Beijing, China – Ph.: Jennifer Micó

Esto fue China y todo por hoy. Gracias por haber llegado hasta acá abajo! Saben que pueden escribirme, pasar por mi galería de fotos y leerme la próxima aquí, donde les contaré cómo es la vida en uno de mis lugares favoritos del mundo. Besos!

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3 Comentarios

  1. Melissa
    28 agosto, 2016 / 11:38 am

    Siempre espero que aparezca alguno de tus post y a veces me olvido que son los sábados. Empecé a estudiar chino mandarín hace poco y cuando vi el título casi me caigo de la silla (?
    Las fotos de la Ciudad Prohibida me dan ganas de filmar una película ahí mismo.
    Es la primera vez que veo que alguien habla de Shanghai Fashion Week <3 Para mí es LA CAPITAL de la moda junto con Milán.
    Te gustó el pato pekinés? Siempre jodo con ese plato pero nunca lo probé.
    ¿Por qué hay tanta gente en esa parte de la muralla? Tiene unos cuantos metros más como para sacar fotos…

  2. Jennifer Micó
    30 agosto, 2016 / 7:52 am

    Ni hao, Melissa!! Cómo estás? Admiro mucho tu valentía por ponerte a estudiar chino mandarín!! Se lo escucha tan difícil…

    Totalmente, La Ciudad Prohibida es hiper pintoresca! Da para peli, fotos, lo que quieras!

    Sobra la moda, sí! Hay un movimiento muy copado en China: una industria mega desarrollada. Muchos de los diseños, en especial los más asimétricos me gustaron demasiado!!

    Pato pekinés: delicia absoluta! Fue, además, la primera vez que comí pato!! Es una carne particular y la preparación la hace húmeda. De lo que ves en la foto, lo único que no me pareció wow fueron los panes fritos, un poco insulsos para mi gusto.

    La parte esa de la muralla es uno de los puntos finales del recorrido. Si mal no lo recuerdo es la Torre Norte 8. Sabemos que la muralla es larguísima, pero sólo algunos fragmentos están abiertos al público. Este era uno de los lugares más altos y genera emoción el haber llegado: es la foto de la victoria.

    Un beso grande y muchas gracias por leer, de nuevo! :*

  3. Elby
    30 agosto, 2016 / 9:18 am

    Viajo, huelo, siento, respiro, veo, degusto, minimizo, profundizo, y sobretodo estoy felíz. Gracias por ser, por compartir y enseñarme a vivir, todo se puede!. Muchas gracias.

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