Hay viajeros que tiran más de una moneda en la Fontana di Trevi y están quienes evitan la silueta de la Torre Eiffel en cada foto tomada en París. Sin embargo, en ambos casos, el turista parece no abandonar la postura pasiva: el extranjero visita, mira, escucha. Hoy, propongo una serie de actividades para animarse a vivir con mayor intensidad el destino de viaje que sea.
Comprá como local
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El alojamiento determina la necesidad de conocer supermercados y almacenes locales. Si paramos en un hotel, apenas compraremos un par de botellas de agua en un kiosko o protector solar si lo olvidamos en casa. Pero, unos minutos en los mercados y comercios pueden mostrarnos un lado particular de la sociedad que visitamos. Por ejemplo, tanto en Alemania como en Estados Unidos, es normal ver productos de higiene en tamaños gigantes. En Brasil, dedican una góndola entera a los productos reducidos en lactosa y en varios países del sudeste asiático son muy populares las cremas blanqueadoras.
Consultá con un local
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Dedicamos un artículo especialmente al cuidado de la salud en los viajes. Sabemos que es aconsejable hacer una consulta antes de partir y llevar los medicamentos recomendados por nuestro médico. No obstante, de ser necesario, puede ser muy útil una consulta con un profesional de la salud local. No sólo su diagnóstico será preciso sino que el tratamiento será efectivo. Además de fármacos, nos hará recomendaciones para mejorar pronto.
Explorá tus hobbies
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A menos que el plan sea desconexión 100%, continuar tu hobby durante el viaje puede ser una gran experiencia. Si viajás a una ciudad, sin dudas vas a encontrar clases de danza, yoga, pilates, pintura, música, foto, etc. Si no tenés un hobby, quizá descubras uno viajando.
Socializá con locales
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Los lugares donde suelen reunirse las personas son diferentes en cada cultura. Si en Buenos Aires lo usual es encontrarse en un café, en Moscú, el Parque Gorky es uno de los más elegidos para las juntadas de amigos. A veces, los espacios de encuentro quedan en segundo plano, en tanto la actividad es lo que prevalece. Así, por ejemplo, los tokiotas disfrutan del senderismo en compañía y se relajan con una sesión de sauna y una cena, también en conjunto.
Embellecé como local
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Algunas personas tienen una relación de exclusividad con su estilista, pero incluso en esos casos, experimentar las tijeras de otras tierras puede ser muy interesante. No sólo será nuevo el corte, sino toda la experiencia: los productos con el que lavan el cabello, la música que pasan, los looks de otros clientes, los consejos de cuidado… ¡Esto también puede ser parte del viaje!
Entretenéte como local
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En casi todas las ciudades, se ofrecen visitas guiadas a teatros y estadios futbolísticos famosos. Recomiendo conocer tales lugares presenciando una función (de ópera, ballet, teatro) o un partido. Se trata de actividades usuales en el lugar donde vivimos pero quizá no las consideramos durante un viaje. Lo mismo vale para ir al cine estando afuera. Puede ser una gran oportunidad para ver desde adentro, como local, no sólo la película sino también todo lo que ocurre alrededor de ella. En Alemania, por ejemplo, los trailers que se proyectan antes de comienzo duran unos 30 minutos. En los cines de Japón, es usual que la gente tome cerveza durante la función y nadie se levanta de la butaca hasta que terminan los títulos y se encienden las luces de la sala.
Escenografías reales
Estacion de bomberos de Ghostbusters. New York, USA. Ph.: flickr.com
Sólo los fanáticos entienden la alegría de caminar frente al edificio de su serie o película favorita. Para ellos, afortunadamente, no sólo en los estudios se ruedan los films más populares. En muchos rincones del mundo se encuentran las locaciones reales que eligieron los productores de cine y series. Puede ser un lindo recuerdo incluir estos sitios en el recorrido.
Conocé la versión local de las atracciones de siempre
La fábrica de las galletas de la fortuna en el Barrio Chino de San Francisco, Estados Unidos. 2016 – Ph.: Jennifer Micó
En la gran mayoría de las ciudades, encontramos al menos alguna de estas atracciones: un barrio étnico, una biblioteca pública, un zoológico, un jardín botánico y un centro financiero. Puede que en cada metrópolis existan similitudes, pero no deja de ser interesante ver cómo son en cada lugar específico. Por ejemplo, los barrios chinos de Singapur, Buenos Aires y San Francisco me resultaron distintos entre sí. También encontré diferencias entre las bibliotecas de New York y Melbourne. Prestar atención a estos detalles puede dejarnos una impresión más completa de la ciudad.
¿Suelen recorrer estos espacios durante sus viajes? ¿Cuál fue su mayor descubrimiento? ¿Qué actividades poco convencionales disfrutan cuando están fuera de casa? Nos encontramos la próxima, Jenn 🙂
