A la ciudad la sentí acogedora. Tiene uno de los más bellos centros históricos, también declarado Patrimonio de la Humanidad, y es no es para más, su arquitectura es exquisita, y muy bien conservada.
El Río Tomebamba atraviesa la ciudad dividiéndola, prácticamente, de lo modero y el centro histórico. Caudaloso y ruidoso, conforma uno de los matices de la ciudad, la naturaleza y el asfalto se conjugan, y dan como resultado un hermoso recorrido visual.
A lo largo del río se sitúan varios puentes, y uno de ellos está roto. Ya sé, suena algo simple, pero este también es un punto turístico de la ciudad, y se ha convertido en un techo de arte; debajo de sus arcos –los que quedan- varios pintores exhiben sus cuadros.
Otro de los puntos turísticos, es La Catedral de la inmaculada cuenta con visitas guidas a sus cúpulas; es un mirador ideal hacia diferentes puntos de la ciudad:
Esta vez la visité en invierno. Otra de las opciones lindas para visitar en Cuenca, es el mirador del Turi.
Desde aquí podemos ver a la ciudad de los tejados. Un invierno que no la opacaba, que más bien su color nos resplandecía en la mirada, ese color ladrillo de cada casona.
En el mirador está situada la iglesia del Turi, rodeada de cerros, naturaleza, puestitos de comida y un restaurante. En este lugar se ejerce el comercio de artesanías, ropa y accesorios de cuero. Aquí también se puede disfrutar de la aventura, un paseo en un “cable car” o tarabita, y hacer trekking en montaña.
No puedes venir a Cuenca y no probar los dulces “CORPUS”, icono gastronómico de la ciudad, su nombre se remonta a la época española, antes en los conventos solían prepararlos y las monjas los entregaban a quienes llegaban a orar.
Realmente son una delicia!!!
Cuenca es metrópoli, es naturaleza, es historia y arquitectura, es para enamorarse.
Nos leemos en una próxima oportunidad,
Saludos desde Ecuador,
Sara.
xoxoxo