Cada vez son más los viajeros que, al momento de elegir el alojamiento para sus vacaciones excluyen como primera opción la del hotel. En búsqueda de experiencias más cercanas a los locales, Airbnb se asoma como una excelente alternativa para este perfil de turistas.
¿Adónde vamos? Primero lo primero, escribir el nombre del destino que tenemos pensado visitar. Esto es lo que muestra el buscador al tipear las primeras letras de New York City.
Hace más de cuatro años que soy usuaria fiel de Airbnb. Sin una casa propia, reservo en esta plataforma incluso cuando estoy en Buenos Aires, mi ciudad natal. Aquí, les comparto una guía que elaboré (y sigo perfeccionando) para encontrar el lugar indicado, con la mayor cantidad de comodidades y el menor número de sorpresas negativas posibles.
En la página principal de Airbnb, el primer paso es completar el lugar, las fechas y el número de huéspedes.
La idea de hacer esta guía surgió la vez que había reservado un departamento en Bangkok. Era muy moderno. Sin embargo, al llegar, descubrí que no tenía toallas ni internet. Dos catástrofes, pensé. Toallas compré rápidamente. Pero la falta de internet fue algo más difícil de solucionar. Mi viaje no incluía largas sesiones de meditación, ni clases de yoga ni mucho menos un periodo de digital detox. Es más, durante dos semanas estuve con gastroenterocolitis y un buen servicio de internet hubiese sido clave. En momentos así, Gatorade y wiFi son tus mejores aliados.
Al igual que pasa en las aerolíneas, trenes o buses, las tarifas de Airbnb también varían según la edad de los usuarios.
Ante la queja, el anfitrión me aseguró que tales servicios no aparecían enumerados en su anuncio. Así, entendí que tenía que hacer algo para evitar escenarios similares en el futuro.
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La búsqueda
Verificá fechas y horas de llegada y salida. Puede suceder que el vuelo llegue o salga en la medianoche o temprano en la madrugada. Tener en cuenta este detalle puede ahorrarnos una noche de reserva. Por ejemplo, si nuestra estadía va del 13 al 20 de marzo pero el vuelo del 20 es a las 2am, significa que tenemos que llegar al aeropuerto alrededor de las 12am y hacer, por esto mismo, el check-out el 19 de marzo.
En este caso, lancé una búsqueda para pasar las semanas de las fiestas en New York City.
Leé foros y mirá mapas turísticos y Google maps para encontrar la ubicación que más te guste. Así, vas a tener una idea más precisa de los distintos barrios y definir cuál se adapta mejor a tus necesidades. En mi caso, por ejemplo, busco parques grandes para correr, cafés con wiFi y conexiones de transporte público.
Muchas veces, en la pantalla de Airbnb hay una pequeña descripción del barrio. No recomiendo quedarse con esta información sólamente. En páginas como WikiTravel o incluso Tripadvisor suelen encontrarse más reseñas con detalles más precisos.
El mapa a la derecha de la pantalla muestra los precios por noche y la ubicación aproximada de cada departamento. Al moverse por el mapa y haciendo uso de zoom, aparecerán más o menos opciones.
Usá los filtros. ¿Cuáles son los puntos que no vas a negociar para disfrutar tu estadía? Muchas veces, los filtros seleccionados dependen del viaje. Por ejemplo, si vas a Bariloche en julio, seguramente te va a interesar tener calefacción. Si te vas a NYC y no querés sufrir la caza de monedas de cuarto de dólar para el laundry, tal vez prefieras tener lavadora en tu departamento.
Esta es la lista extendida de servicios. En este departamento, entre otras cosas, hay televisión, wifi, secador de pelo y perchas pero no cuenta con estacionamiento privado, portero ni plancha.
No desestimes la información del perfil del host ni la de la casa. Muchas veces, en estos textos hay aclaraciones clave. Algunos ejemplos son: el cobro de tarifas extra para el check-in posterior a las 20hs, si se trata o no de un alojamiento apto para fumadores, el precio de las sábanas no incluido en el monto de la tarifa, la necesidad de pagar un depósito en efectivo a la llegada. Todas cuestiones que podrán molestar más o menos a cada usuario.
Las normas de la casa suelen ser siempre más o menos las mismas. Algunos anfitriones, como es el caso de éste, agregan un texto más personal: ‘Alquilo mi propio departamento, que está en muy buen estado. Espero que mis huéspedes lo cuiden.’
Leé las reseñas previas. Airbnb es una plataforma basada en el concepto de comunidad. Así, las opiniones de todos cuentan. Tanto anfitriones como huéspedes tenemos reputaciones accesibles a todos los usuarios. De esta forma, se crea y se mantiene la confianza. Leyendo cómo fueron las experiencias anteriores de personas que, como uno, sintieron la posibilidad de alojarse en esa casa en especial, tendremos una idea más cercana sobre qué esperar.
Las reseñas de los huéspedes anteriores se pueden traducir, en caso de ser necesario. Los anfitriones pueden responderlas para agradecer o bien para defenderse (las críticas, a veces, son durísimas)
2. Primer contacto con anfitriones
Una vez que tenés abiertas varias ventanas, es el momento de comunicarte con los anfitriones de cada departamento o casa.
Además de las reseñas, cuando el anfitrión consiguió un determinado número de huéspedes, Airbnb calcula el promedio de 6 aspectos: VERACIDAD (¿se corresponden las fotos y la descripción del anuncio con la experiencia real?), COMUNICACIÓN (¿Qué tan fluida resultó la comunicación con el anfitrión?) LIMPIEZA, UBICACIÓN (este punto es extremadamente subjetivo pero aparentemente Airbnb apela a cierto estándar universal) LLEGADA (¿Cómo fue el check-in? ¿Resultó todo como fue previsto?) y CALIDAD (¿Cómo describirías el estado del departamento? ¿Es necesario hacer algunas mejoras?)
En el mensaje, podés contarles brevemente acerca de tu viaje. Aprovechá para hacer las preguntas necesarias y aclarar cuestiones que son importantes como, por ejemplo, que tu vuelo llega muy tarde en la noche. También podés negociar el precio. Todo vale mientras el tono se mantenga relajado y respetuoso.
El botón de ‘Hazle una pregunta al anfitrión’ está en la parte inferior e izquierda de la pantalla, debajo de una breve descripción y pequeña fotografía del dueño. Además, queda indicado los idiomas que habla y una estimación del tiempo que puede tardar en responder.
3. Reservá
Después de recibir las respuestas de los anfitriones (no te preocupes si algunos no responden) es momento de elegir la propuesta que más te convence.
La política de cancelaciones, las medidas de seguridad presentes en la casa y la cantidad de noches mínima son algunas cuestiones que pueden ser cruciales al momento de elegir dónde vivir.
Antes de pagar, verificá por última vez la ubicación, las fechas de la reserva, los servicios incluidos.
Las fechas de llegada y de salida, así como el número de huéspedes se pueden modificar hasta antes de reservar.
Al momento de pagar, completá los datos de tu tarjeta y controlá que la moneda de pago sea conveniente. Quizá hiciste la búsqueda en dólares pero querés pagar en pesos argentinos, por poner un ejemplo.
La descripción del precio siempre se presenta en estas categorías. El anfitrión no tiene obligación de ofrecer descuentos. Además, quienes lo hacen, no siguen una regla clara. Así, las rebajas semanales, por ejemplo, pueden ir desde el 5% hasta el 21%. Otros puntos que aparecen en el detalle son la comisión del servicio y el gasto de limpieza. Sobre este último tema vale aclarar que, aunque la limpieza profunda se realiza entre huésped y huésped, sí es aconsejable dejar el alojamiento en buenas condiciones: no dejar platos sucios en la cocina, poner las sábanas y las toallas en el lavarropas y tirar las bolsas de basura fuera son algunos gestos de cortesía.
Una vez confirmada la operación, vas a conocer el domicilio exacto de tu alojamiento. Algo que suelo hacer es anotarlo en una libreta y marcarlo en Google Maps. Tener la dirección anotada en soporte papel es conveniente para poder completar la tarjeta de embarque en el avión.
Este es el mapa que acompaña la descripción de un departamento en Manhattan. Todavía en esta instancia la información es poco precisa pero suficiente para hacerse una idea del barrio.
También conviene averiguar cómo será el traslado desde el aeropuerto hasta la casa donde residiremos. Es una buena pregunta para consultar con el anfitrión: ¿Conviene transporte público? ¿Cuál? ¿Qué frecuencia tiene? ¿Tal vez sea mejor un taxi o Uber? No es mala idea anotar estas cuestiones en la libreta de papel: no en todos los aeropuertos se consigue wiFi.
Por último, Airbnb ofrece una opción para notificar a los anfitriones contactados que ya reservaste un alojamiento. Podés hacerlo así o bien, tomarte unos minutos extra y escribirles de forma más personalizada.
4. Antes de llegar
Organizá tu check-in. Notificá al anfitrión cuál es la hora estimada de tu vuelo y calculen juntos el momento en que llegarás a su departamento. Tal vez pueda esperarte en persona o envíe a un amigo o te indique cómo encontrar las llaves (dentro de un candado electrónico o debajo de la alfombra de entrada, por ejemplo).
Si hacés el viaje con más personas, es bueno pedir juegos de llave extra. Si los pedís con tiempo, tenés más posibilidades de conseguirlos.
5. Check-in
Lo que suele pasar durante el check-in en un departamento de Airbnb nada tiene que ver con lo que se acostumbra en la recepción de un hotel.
Aun cuando no compartas la casa o el departamento con el dueño (es decir, que alquilaste la propiedad entera), el contacto entre ambos se mantiene bien por el chat dentro de Airbnb, bien por cualquier medio alternativo que hayan intercambiado al conocerse personalmente.
Aunque vas a poder escribir a tu anfitrión todas las veces que lo consideres necesario (¡y no te parezca demasiado molesto!), no pierdas la oportunidad de preguntar los básicos en ese momento. ¿Qué básicos?
- La contraseña de wiFi. Una vez que te la dice o te la muestra en un papelito, conviene probarla con el celular en el momento. Tal vez, el wiFi sea el único medio de comunicación durante tus primeras horas en esa ciudad: ¡cuidalo!
- Días, horarios y lugar donde dejar la basura. Puede ser una obviedad para el dueño pero nada es evidente cuando se es el chico nuevo del barrio. Tené en cuenta que en muchas ciudades existe la separación de residuos y no todos los días ni a cualquier hora se puede arrojar la bolsa fuera de la casa. En Viena, por ejemplo, además de una rigurosa clasificación de desechos, los containers están centralizados y pueden encontrarse a varias cuadras de tu casa.
- Funcionamiento de la cocina y del baño. Es probable que el anfitrión se olvide mencionar desperfectos técnicos en el horno o en la cadena del baño. Por eso, no está demás consultar si tienen alguna falla. Tuve sorpresas poco gratas con lavarropas que perdían agua y calefones que había que enchufar una hora antes de tomar la ducha. Pequeños detalles que son convenientes conocer de antemano.
- Recomendaciones del barrio. Si el anfitrión es además dueño real del departamento (o al menos es habitué del barrio), no te avergüences de consultarle recomendaciones de cafés donde trabajar con la compu, supermercados (completos y no muy caros), parques para ir a correr… Todo aquello que te asegure una estancia espectacular y lo más cercana posible a la que tienen los vecinos a diario.
- Objetos en mal estado. Si encontrás algo roto o deteriorado, comentalo con el anfitrión. Así, podés evitar un momento incómodo al realizar el check-out.
6. Check-out
Unos días previos a la partida, es aconsejable contactarse con el anfitrión para organizar el check-out (si es que no lo pautaron durante el check-in).
En caso de ser necesario, puede dar indicaciones precisas. Por ejemplo, desconectar la heladera, cerrar la llave de gas, etc. Cuando hacen este tipo de pedidos, suelo escribirlos en un post-it para no olvidarme.
Ya fuera de la casa, en el aeropuerto, tal vez, mientras espero el avión, es un buen momento para dejar la reseña. La experiencia todavía está fresca y el proceso lleva poco tiempo. No es obligatorio pero sí muy útil para el funcionamiento de la plataforma.
Nuevos hábitos
En un mundo donde el modelo de la economía compartida está cada vez más consolidado, siguen apareciendo alternativas a los alojamientos tradicionales. Recordemos, por ejemplo, que también está la opción de CouchSurfing, donde la propuesta es vivir por un par de noche en la casa de un local de forma gratuita. Personalmente, nunca usé CoachSurfing. ¿Ustedes?
Hay una novedad de Airbnb que tampoco probé todavía: las experiencias. Se trata de distintas actividades pagas, que van desde una clase de acrobacia en la playa hasta ir de comprar con un estilista personal, ofrecidas por locales. La idea sigue la misma línea: los viajeros que no quieren alojarse en un hotel tradicional, seguramente tampoco querrán una excursión típica por la ciudad. En ambos casos, se trata de un acercamiento más genuino con la cultura que se visita.
¿Se hospedaron en algún departamento de Airbnb? ¿Alojarían a desconocidos en su casa?
Leo sus respuestas y nos encontramos en el próximo post! Besotes, Jenn
Hola Jenn y Flor! Excelente post! Súper útil para aquellos que aún no se animan a usar esta gran plataforma! 👏🏻
Tengo una consulta puntual. En unos meses viajó a NY y hasta que leí recién este post estaba descartando la idea de Airbnb (muy a mi pesar, porque me encanta y la he usado en varias ciudades) porque leí y escuché varias veces que los alojamientos temporales de menos de 30 días están prohibidos por ley en NY. Alguna sabe si esto es así? Tengo miedo de reservar y quedarme sin alojamiento a último momento! Las veces que fui a NY me alojé en hoteles más que nada por miedo, pero me encantaría esta vez pobrar un depto…
Gracias!
Beso grande,
Nini
Lo que decis es cierto, pero se da igual.
Es parte del riesgo digamos.