Siempre me incomodó esa tendencia existente a recomendar cosas superfluas o ligeritas -por así decirlo- en esta época del año, cómo si uno en enero tuviese que poner en stand-by el cerebro y dejarse arrastrar por una bola de superficialidad, sol, olas y viento. Si bien entiendo que necesitamos descansar y que tal vez nuestras vacaciones no son el momento ideal para emprender los caminos largos de Swann o vivir side by side con los hermanos Karamazov, tampoco creo que tengamos que obligarnos a consumir literatura basura, por eso les traigo tres cuasi clásicos, entretenidos, cortos y brillantes para pasar el tiempo sin dejar de experimentar la maravilla de la literatura.
Carrie, Stephen King.
¿De qué va? Cómo sabrán la novela cuenta la historia de Carrie White, una adolescente que sufre del abuso de su loca (loquisima) madre fanática religiosa, y el bullying de sus compañeras de clase. Este constante maltrato produce la explosión de los poderes telequinéticos de Carrie y una serie de situaciones magnificamente narradas por Stephen King.
¿Cuál fue mi experiencia como lectora? Maravillosa. Si bien conocía la trama porque había visto la película de Brian De Palma (que también recomiendo), el texto tiene varios extras: el final es un poco distinto y la forma en la que King inserta fragmentos de expedientes, diarios, y entrevistas relacionados al caso, completan nuestro entendimiento no sólo sobre Carrie, sino sobre toda su alrededor.
El texto es super llevadero, se lee rapidísimo, no les miento cuando les digo que lo leí en una tarde en la peluquería para amenizar una sesión de deco y coloración.
Fight Club, Chuck Palahniuk
¿De qué va? SI vieron la pelicula de Fincher conocen la historia, y si no la vieron, vayan ya a ver a Brad Pitt y Edward Norton (los dos en la plenitud de su belleza) darse unas cuantas trompadas. La historia comienza con el personaje interpretado por Norton, buscando una cura para su insoportable insomnio, solución que encuentra en grupos de autoayuda para personas con enfermedades terminales haciéndose pasar también por uno de ellos. Nuestro protagonista, empleado de una suerte de aseguradora, nos narra en primera persona lo rutinario de su vida, hasta que conoce en un vuelo a Tyler Durden. Se va a vivir con él luego que su condo vuele en pedazos e inician juntos el club de la pelea, una especie de ritual terapéutico en forma de club clandestino de boxeo, que va mutando de a poco en celular de corte anarquista cuyo objetivo es destruir el sistema en el que viven inmersos.
¿Cuál fue mi experiencia como lectora? Si bien creo que es un libro que se disfruta mucho cuando uno es adolescente, creo que todos deberíamos dedicarle un momento a este texto de Palahniuk. Es un texto crudo e irónico, con observaciones bastante crudas sobre la realidad que te dejan cavilando por un rato largo. Se lee bastante rápido también, aunque sentimos que algunos pasajes merecen ser leídos más de una vez.
Matadero Cinco, Kurt Vonnegut
¿De que va? Esta es la historia de Billy Pilgrim, un soldado aliado sobreviviente de un bombardeo ocurrido en la segunda guerra mundial, específicamente en la ciudad de Dresde, Alemania. Billy además de ser testigo de la atrocidad de la guerra y prisionero, es secuestrado también por unos aliens, los habitantes de Tralfamadore, que lo estudian y exponen como si fuese un animal en un zoológico, y que perciben la realidad en cuatro dimensiones. El tiempo es la cuarta, y para los tralfamadorianos no es lineal, sino que es simultáneo, algo que ocurre, que ya ha ocurrido y que volverá a ocurrir.
¿Cómo fue mi experiencia como lectora? La novela de Vonnegut es entretenidisima, tiene algo de ciencia ficción, es graciosa, nada densa, fluye y nosotros fluimos con ella. Eso no quiere decir que sea ligera, en el texto hay un claro mensaje antibélico, recordemos que Vonnegut escribe la novela habiendo sido soldado en la segunda guerra y en el presente de la guerra de Vietnam. En la idea de los traslados temporales hay una reflexión sobre nuestra propia percepción y concepción del tiempo, sobre la existencia misma del ser humano. Matadero Cinco se deja disfrutar, pero no nos deja cómodos, nos interpela de la manera en la que sólo la buena literatura puede hacerlo.
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