Perros de la ciudad – Volumen II.

Como les contaba hace ya 10 meses (clic acá) tengo perros desde los 5 años.

Hace un poco más de un año llegó a mi vida Fidel, mi perro-hijo del que tanto les vengo hablando estos dos últimos días en Instagram.

Cómo les contaba en el primer post de “Perros de la Ciudad”, tomar la decisión de tener una mascota implica muchos aspectos a tener en cuenta. Ya les hablaba acerca de los requerimientos de tiempo, de dinero y amor (pueden leer todo acá!)

Quizás se pregunten: ¿y entonces por qué un nuevo post?

Porque como con todo, con el tiempo uno crece (y nuestras mascotas también) y las cosas cambian, y hoy, 10 meses después, puedo hablarles desde otra perspectiva.

Así que… vamos con este “Perros de la ciudad – Volumen II”!

1- Tiempo, dinero y amor

No necesariamente en ese orden, pero tu perro/gato/mascota demandará todo eso!

Respecto de la decisión de perro/gato/otra cosa o comprar/adoptar no voy a detenerme acá, sino que me remito a lo que ya les dije en el post anterior.

2- Paseos, salidas y vacaciones

Si tienen perros (o están pensando en tener uno) sabrán que es necesario sacarlos a pasear para que hagan ejercicio, y sus necesidades (siempre con bolsita por favor!).

Es importante dedicarle tiempo a estas salidas, más aún si el perro se queda sólo varias horas en un departamento o casa.

Además, y en lo personal, trato de incluirlo en “mis” salidas siempre. Si voy a comer a algún lado, a pasear, o a pasar el fin de semana a alguna parte, lo llevo a Fidel conmigo.

Para eso, compré hace unos meses un bolso transportador en Amazon que por fuera se ve como un bolso “normal” o deportivo y la mascota puede respirar y viajar bien.

El bolso es grande para el tamaño que tiene Fidel (prácticamente entra parado y puede caminar/girar dentro) y es ideal para llevarlo, en especial, en transporte público.

Sí, así como leen. Yo llevo a Fidel en bondi, y lo llevé una vez en subte (línea A con aire siii). Ok, se que no está permitido, pero a veces es mi única forma de transportarlo y/o viajar en taxi me resulta muy caro.

Sí intento llevarlo en taxi con aire en verano cuando hace mucho calor, y siempre que puedo, lo llevo a lo de mis papás en el auto con mi papá para que viaje mucho más cómodo.

Cuando me voy de viaje/vacaciones, siempre preveo que se quede con alguien (hasta ahora, siempre con mis papás).

3- Educación

Con Fidel me costó el tema de que dejara de hacer sus necesidades dentro del departamento.

En parte, porque cuando son más pequeños los perros no pueden salir a la calle por no tener todas las vacunas, y es difícil sacarles la costumbre de “hacer adentro” y en parte porque es la forma de Fidel de decir “esto no me gusta”.

Sí, así como otros perros rompen o muerden cosas para demostrar que algo no les gusta (quedarse solos, por ejemplo), las veces que me fui de viaje/vacaciones en el ultimo año, al volver Fidel experimentaba un “retroceso” e insistía en hacer sus necesidades adentro.

Hoy en día ya no lo hace y prefiere salir a «marcar territorio» afuera, pero admito que es lo que más me costó.

4- Su lugar – Tu lugar

Tengo la suerte (¿suerte?) de que Fidel es muy tranquilo y la verdad no rompe ni mastica NADA.

Cuando era muy chiquito mordió la pata de una silla, pero después de eso (y el reto) no hizo más nada.

Sin embargo, hay que entender que el perro/la mascota pasa a ocupar parte de lo que es tu “espacio” y como tal puede que convierta ciertos rincones en suyos.

Creo que lo importe pasa por poner límites verbales o físicos: poner cosas que no querés que agarren en lugares altos, cerrar puertas, etc, y si ves que hace algo que no corresponde cuando vos estás ahí, retarlo/a.

Como les vengo contando estos días además, trato de que Fidel no duerma en mi cama.

Tiene su colchón que pongo en el living o en la habitación, y espero que duerma ahí, aunque a veces, como hoy, eso no sucede.

En definitiva, creo que la clave pasa por entender que tenés alguien que ahora forma parte de tu vida, y que depende enteramente de vos.

Si bien algunos entienden a las mascotas más como mascotas, y otro más como “hijos” (mi caso), no hay que perder de vista que en el momento que decidiste tener un perro/gato/lo que sea, asumiste una responsabilidad.

Que la compañía, los mimos, los juegos, todo eso, viene con la contrapartida de cuidarlo, alimentarlo, bañarlo, llevarlo al veterinario, pasearlo, etc.

Considero que una mascota lejos está de ser una carga, pero no hay que perder de vista todas estas responsabilidades.

No soy ni pretendo ser un “ejemplo a seguir” ni un modelo de nada, simplemente les cuento mi experiencia desde mi punto de vista, y desde esta primera vez en que elegí tener una mascota yo sola.

Quedo abierta a comentarios, y a responder preguntas, si las tienen.

Si no, espero que al menos disfruten de las fotos, o el texto 🙂

Excelente día para todos ustedes (y todas sus mascotas!)

Besos,

Flor.

pd.: estas fotos no son recientes (no ando en short con esta temperatura!), sino del mismo día que estas fotos, allá por febrero de este año.

Flor

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