Era miércoles previo al inicio del fin de semana largo.
Estaba en mi casa haciendo lo de siempre, ordenando un espacio que gusta de desordenarse como por arte de magia.
Había desaparecido de las redes sociales hacía ya algunas horas, abocada a procurar que el caos dejara de ser caos para dar paso a algo mejor.
Volví y me encontré con una historia que no había visto antes. Una historia que me dejó llorando frente a la pantalla, porque los relatos escritos así, desde el corazón, nos dejan con las emociones a flor de piel.
Acto seguido abrí una pestaña nueva en el explorador para ver los comentarios pendientes de moderación y me encontré con dos cargados de negatividad. El primero era un pretenso “apoyo de una tercera persona” a uno que ya había publicado, pero desde la misma dirección IP. En otras palabras, una persona que se había ocupado de entrar dos veces al blog: la primera, para comentar con una amabilidad “dudosa” y la segunda, para volver a comentar, pero cambiando el nombre y la dirección de mail para apoyarse a sí mismo.
Otro criticaba mis gustos musicales, y me condenaba por hacer alusión a un boliche que nunca había pisado, junto con otras líneas (otras tantas) en la que me descalificaba por mi vestir, mis dichos y demás.
En fin, lo que cada uno decía es, en este punto, anecdótico, porque en verdad la cuestión quedó más allá de todo eso.
Me encontré enfrentada con dos cosas distintas leídas con diferencia de minutos, y totalmente opuestas, pero que me sacudieron y me golpearon como ya lo hizo ese texto de las cucharas.
¿Cómo quiero pasar mis días? ¿Cómo quiero vivir cada segundo que me toca/es dado? ¿Cómo quieren vivirlo ustedes?
Recordé entonces dos textos que había leído.
El primero, el famosísimo discurso de Steve Jobs en Stanford, diciendo –tan sabiamente- que hagamos contar cada momento de nuestras vidas y no permitamos que «el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior», y otro, hacía apenas unos días más directo, más al grano acerca de ser felices.
Seguía siendo miércoles previo al fin de semana largo.
Y decidí hablar. Decidí compartir, decidí expresar lo que me pasa, y entendí que hoy, y acá era el momento y el lugar.
De verdad creo que todos vinimos al mundo a lo mismo, a ser felices. A encontrar eso que amamos, eso que nos hace felices. Y a compartir con los demás.
Y en ese ser felices está experimentar, aprender, crecer, expresarnos, y también equivocarnos, admitirlo, y pedir perdón, y volver a intentar. Y amar, amar con ganas y con fuerza y con todo.
Me cansé de los comentarios negativos, de las críticas que no son constructivas, de leer planteos que sólo buscan herir. En el momento que dejamos que sean esos comentarios, esas voces y esas miradas ajenas las que dictan nuestras vidas, perdimos el control de ellas. Y ni pretendo ni quiero meterme en si tal o cual persona o yo o quien sea somos o no somos hatloquesea.
Si les dije que este abril me encontraba distinta, es un poco eso.
Es, como le digo a una de mis mejores amigas, que ser feliz está en uno mismo. No está afuera, no hay que ir a buscarlo a otra parte, ni en otra persona. Está en vos, en querer serlo, en apuntar a eso, en cambiar, en reírte, en disfrutar las cosas grandes como así los pequeños momentos.
Sé que esto puede sonar tan utópico como pretender que todos hablemos esperanto, y sé, como les digo siempre que hay problemas y cuestiones más graves y más tremendas sucediendo a cada instante en este planeta, pero ¿y si intentamos no transmitir negatividad y no dejar tampoco que nos afecte la de los demás? ¿Y si intentamos construir desde el amor?
Fito Paez no es de mis artistas favoritos, pero como dice en una de sus canciones “Es sólo una cuestión de actitud” y de verdad me encantaría que pudiéramos cambiar.
Yo lo estoy intentando, y hoy quiero invitarlos a eso.
Y si han llegado a este punto y dicen: ¿y donde está el #postdelosmartes? ¿Dónde están esas historias de amor, y de amigas, y de encuentros, y de sueños, y de miedos, y de frustraciones? Bueno, hoy es todo eso. Y un poco más.
¡Bravo!
Palabras justas y necesarias para estos tiempos donde las redes sociales «principalmente» son utilizadas para que personas a través del anonimato se dediquen a destruir, dañar y vivir a través de uno, por que siempre digo que para hacer eso, es por que no pueden con su vida y no conocen algo llamado «felicidad».
Desde hace dos años estoy en una lucha interna, ser feliz, aceptarme y amarme como soy, y de predicar hasta el cansancio que solo se necesita eso para vivir, y que todo lo demás viene por añadidura, y por experiencia propia cuesta muuuucho- a veces somos nuestros peores enemigos-.
PD.- Me encantó ver cerrar los signos jaja, y no sé…. leí muchas veces el título y me sigue pareciendo raro (hablo de lectura).
Y seguí con este tipo de post de amor, amor propio.
Besos desde Bolivia!
Autor
Gracias por pasar y comentar siempre Claudia <3
Puse especial atención en los ¿? 😛
Besos enormes!!
Ayer salió en el diario la historia de esta chica con cáncer. Y cuando leí la historia y me metí – inevitablemente- en su twitter, se me juntaron los sentimientos. Por un lado la tristeza que me generaban esos relatos pero a la vez el morbo interno de querer saber y seguir leyendo acerca de ese sufrimiento atroz. Y con eso una especie de miedo espantoso de saber que eso me puede pasar a mí y a cualquiera de mis seres queridos en cualquier momento.
A veces lloramos por cosas sin sentido, y por más que leamos cosas así, hasta que no nos pasa, no entendemos. Duro post de los martes, pero me gusto.
buenisimo el post! para mi, no tendrias q publicar esos comentarios negativos q te hacen, porque si nos lastiman a nosotros los lectores al leerlos, me imagino a vos q sos quien los recibe! Moderar significa poder elegir cuales se publican. Censura a los negativos, y sino, q se abran un propio blog para putear. #listolodije
No sé cómo decirlo sin que suene redundante o «por compromiso», pero cada vez que leo tu post de los martes (empecé hace muy poco), me siento tan identificada con lo que escribís. Estoy en mi búsqueda de la felicidad y de tratar de que otros no influyan en mi estado de ánimo, y cuando leo palabras como las tuyas las siento de verdad.
Coincido con que es una cuestión de actitud, pero también siento que es un poco de valentía y tal vez una pizca de egoísmo, el tratar de que no nos afecte la negatividad de los demás.
Me encantan los post de los mates!!
Besos… Carli
Autor
Mucho mucho de valentía, por supuesto!
Tu puedes 🙂
Me gusta porque el post de los martes se te vuelve terapéutico. Ojala todos lo hicieran, aunque sea para ellos mismos.
Lo importante es ignorar esos comentarios que no suman. A veces es más fácil criticar a los demás que mirar para adentro y plantearse ¿por que estoy así?
Yo también me lo estoy tomando distinto. Mi situación laboral sigue siendo la piedra en mi camino y no se como modificarlo, no por eso me la agarro con todo el mundo! No es una tarea sencilla hacer oídos sordos cuando alrededor brota negatividad y mala onda pero se puede.
Acá somos varias que tiramos para ese lado 🙂
Adelante con todo!
Autor
<3
No creo que sea una cuestión de actitud. Sí se puede tener una actitud más «positiva» sobre ciertos acontecimientos, pero si te ponés a pensar que el 90% de nos suceden no las podemos controlar, no me parece que pase tanto por uno mismo. Quizás si tenés una vida promedio, sin ningún altibajo muy pronunciado, pero me parece un consejo muy «El Secreto», muy psicología falopa. Ojo, cada uno opina lo que quiere. Pero quería comentar que no es tan fácil, que si no tenés laburo, no tenés un mango, te abusaron o lo que sea que te haya pasado, no es una cuestión de actitud. Capaz lo sea intentar mejorar y superarlo, pero eso de que ser feliz está en uno mismo me parece más un «no ver toda la mierda que hay en el mundo». No sé cómo decirle «buscá la felicidad en vos» a un humano que labura quince horas por día en situaciones de porquería. Sí, podrá tener cosas buenas su vida, pero la alegría se la puede pasar por el traste y con mucha razón.
Autor
Marie, entiendo lo que decís, y por eso en una parte del texto hago referencia a problemas o cuestiones graves que no estoy abordando.
Estoy hablando desde mi punto de vista, mi lugar y con referencia a gente como yo y muchos con vidas «normales», familia, trabajo, amigos, hobbies, etc.
Se que hay muchísimas personas pasando momentos más difíciles debido a circunstancias que conozco o imagino, y de seguro que con decir «Voy a estar bien» no alcanza para curar una enfermedad, por ejemplo, pero creo entenderás que ese no era el propósito del texto.
Besos!
Flor coincido 100% con vos y no es psicología barata, es la diferencia entre despertase y no. La gente dormida es la que sigue esperando que alguien o algo la haga feliz, porque el mundo le debe algo… La gente despierta es la que entendió que la felicidad es un estado propio del ser y esa dicha no varía con las circunstancias externas! Si tenés ganas mi humilde consejo es que a esa gente que te manda comentarios con el único propósito de herir les mandes Hoponopono (es una simple oración de los indígenas de la polinesia que consiste en decir: «nombre de la persona» si te hice algo te pido perdón, lo siento, te amo. Se usa cuando sabés que tenés razón vos y que vos sos la «atacada» pero te ponés ante el universo en posición de humildad y le mandás amor a esa persona. Creeme que la vida es un boomerang, das amor y te vuelve eso multiplicado. Seguí con tu blog que es super entretenido y variado, y por algo te pusieron entre las 20 personas cuyo instagram de argentina es de los más influyentes! 😉 Besos!
Me encantó. (Sí, estoy leyendo todos los posts de la semana pq no tuve tiempo antes :P)
La crítica siempre es válida cuándo es constructiva, de otra forma es na pérdida de energía. Banco tu actitud 🙂
Flor, hace mucho que leo tu blog, y nunca comenté ningun post. Esta vez me pareció que lo que podía llegar a decir sumaba.
Me parece que lo que decís se aplica a cualquier circunstancia de la vida, tan leve o grave como parezca para los demás. Uno puede estar hundiéndose en un vaso de agua, o mantenerse de pie en una tormenta.
Las experiencias son personales, y nadie te puede decir que lo que te angustia esta bien o mal. Cada quien vive la vida comí puede y como quiere.
Se puede encontrar la felicidad, y eso no significa que los demás no te importen. Si uno esta bien puede ayudar a los demás, y puede trasmitir ese bienestar.
Coincido en que nos hace mal leer los comentarios anti (sumo que me aterra empezar mi blog por esa razón) y que no vale la pena darles espacio!
Saludos y a seguir creciendo!
Autor
Gracias por comentar <3
Y por compartir palabras tan lindas!