Test: ¿Sobrevivís un viaje de carretera?

Pocas alternativas existen para conocer un lugar como el viaje de carretera. Con el auto, podemos meternos en el lugar más insospechado sin preocuparnos por horarios de vuelos, trenes o micros.

Todo muy lindo pero, ¿tenemos ganas de sacar del nécessaire, cada noche, el cepillo de dientes para volver a guardarlo al día siguiente? ¿Cuándo deja de ser divertido encontrar un hotel cerca porque se viene la noche y estamos muertos de cansancio? A esta altura ya lo sabemos: ¡nada es gratis en la vida! Incluso las cosas más lindas pueden implicar algo de nuestra parte. Hoy nos preguntamos ¿SOBREVIVIMOS UN VIAJE DE CARRETERA?

Estuve, durante doce días, recorriendo Baja California: el brazo largo y finito que cuelga de México. Aprovechando que hice el viaje en auto, se me ocurrió compartir las fotos y curiosidades con ustedes en este formato de test para que nos divirtamos un rato.

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Una de esas experiencias que espero no olvidar cuando sea muy, muy viejita: acaricié una ballena. Además de que es una textura súper agradable, lo más loco de todo, es que estas ballenas no son de cautiverio sino que naturalmente llegan a la zona de Guerrero Negro entre enero y fines de abril.

Guerrero Negro, Baja California. México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

  1. En el momento de elegir un hotel, pensás:

  1. “Si me da el presupuesto, me quedo en uno con spa, jacuzzi en la habitación, desayuno buffet, pileta, solarium…”
  2. “Quisiera uno que esté bien ubicado, limpio, con baño privado y preferiblemente con wiFi.”
  3. “Necesito un lugar para dormir.”

¿Escucharon el caso del mochilero alojado en un hotel cinco estrellas que en lugar de la cama king size usaba su bolsa de dormir? Yo tampoco. El alojamiento está en armonía con el resto del viaje. Por eso, tenemos en cuenta el presupuesto, la ubicación, y el tipo de experiencia que queremos vivir (hotel, cabaña, departamento, casa, carpa, barco, crucero, bla, bla, bla!)

Durante un viaje de carretera, las opciones son más restringidas. Especialmente, algunas noches priorizamos un hotel ubicado cerca (o directamente, sobre) la ruta para no retrasar nuestra partida la mañana siguiente. La mayoría de los hoteles y moteles en los que me hospedé en Baja California solían ofrecer los servicios básicos (agua caliente, toallas y sábanas) y cumplían con un punto que muchos consideramos fundamental: eran muy limpios.

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Uno de los locales a puro color de Guerrero Negro. En este caso, uno de comidas preparadas.

México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

  1. ¿Cómo sos al armar y desarmar la valija?

  1. “Bastante obse: primero hago una lista, después pongo las cosas. Reviso la lista y la valija varias veces antes de cerrarla. Al llegar al destino, saco todo y me instalo como en casa.“
  2. “Calculo más o menos la cantidad de ropa por los días que viajo. Las cosas del baño las tengo siempre preparadas en un nécessaire. Después me fijo el pronóstico del lugar al que voy para saber si necesito un paraguas, una campera más abrigada o un par de bikinis.”
  3. “¿Valija? A menos que sea un viaje realmente largo, intento salir con lo que entre en un bolso deportivo.”

Algunos usan listas y otros repasan mentalmente; están quienes comienzan la preparación un mes antes y están quienes no lo hacen antes de la noche previa; existen los que atienden hasta el ultimísimo detalle y los que se olvidan hasta el cepillo de dientes. Costumbres y técnicas abundan como números de pasaportes. Por eso, es insignificante ponerse a pensar quién es el experto: lo importante es saber qué le funciona a cada uno y, una vez descubierto el secreto, ponerlo en práctica cada vez.

Durante un viaje de ruta, es normal pasar una o dos noches como máximo en cada parada. Por eso, es conveniente tener practicidad al momento de usar las cosas que llevamos en la valija. No está bueno encerrarse toda la tarde haciendo o deshaciendo el equipaje. Algo que mejoró mi vida un 300% fue la incorporación de cajones de tela: llevo todas mis cosas organizadas en módulos que, al llegar a destino, simplemente cuelgo o bien dejo dentro de la valija. No sólo optimizan el momento de armar y desarmar el equipaje sino que dan mucho orden visual (¡y mental!).

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Chiles y totopos: empieza el festín. Así se “engaña el estómago” en los restaurantes mexicanos mientras llega la comida a la mesa.

México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

  1. ¿Cómo organizás el itinerario de viaje?

  1. “Consulto algunos agentes de viaje y elijo el que se acomode mejor a mis gustos.”
  2. “Armo un esquema básico a partir de recomendaciones de amigos, foros y locales.”
  3. “Lo voy armando sobre la marcha.”

Así como hay diversos perfiles de armado y desarmado de valijas, hay una interesante variedad de exploradores: desde el súper “impro” hasta el que sabe qué actividad va a hacer durante cada hora de su recorrido. Independientemente del grupo al que pertenezcamos, algo importante es ser abiertos a los cambios y propuestas que puedan surgir. Si naturalmente no somos tan abiertos, el viaje se convierte en una gran oportunidad para practicar nuestra flexibilidad.

A veces, mirando el mapa sobre el auto, se tiene una idea sobre el destino que nada tiene que ver con el lugar al que finalmente llegamos. Podemos, por ejemplo, imaginar una ciudad y arribar a un pequeño pueblo. Más allá de las sorpresas, no siempre elegimos un destino basándonos en nuestras ganas de conocerlo sino que participan otros factores como el clima, el cansancio y la hora del día. (En este viaje, al menos tres veces, terminé durmiendo en pueblos que ni estaban marcados Google Maps.)

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¡Un lugar más o menos lindo! Playa larguísima tiempo completo y ancha sólo por momentos (dependiendo de la marea).

Mexicali, México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

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Parada para almorzar: carne, vegetales y nopales (cactus).

Baja California, México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

  1. ¿Qué tan flexible sos con los nuevos sabores?

  1. “Cero: no salgo del bife con ensalada y los fideos con tuco. Si voy a comer afuera, elijo entre mis dos restaurantes favoritos (donde obviamente sirven bife con ensalada y fideos con tuco)”
  2. “Tranqui: puedo probar casi todo (las excepciones son platos con ranas, caracoles o gusanos). De vacaciones, atenta al presupuesto del viaje, prefiero ir a lo que seguro me gusta para no llevarme sorpresas y no quedarme con hambre.”
  3. “Como cualquier cosa que me pongan en el plato, o el recipiente que sea. Siempre que alguien me convide o me asegure que algo es comestible, voy a comerlo.”

Es verdad: agua y cadenas de comida rápida hay en prácticamente cada rincón del planeta. Si no te gusta el arroz, no es necesario que evites un viaje a Asia. Tampoco te vas a sorprender si en Kyoto la pareja de al lado se pidió una pizza napolitana. Vivimos en un Mundo globalizado y es raro que no encuentres nada convincente (ni delicioso) a la hora de comer. Eso sí: incluso los platos más internacionales tienen acento local. Lo dulce, por ejemplo, puede resultar más empalagoso en algunas tierras y una salsa putanesca puede ser apta sólo para expertos en determinados restaurantes.

Todo viaje, empezando por uno a pocos kilómetros de casa, viene cargado de sabores diferentes a los que estamos acostumbrados. Más lejos nos vamos, más se intensifican esas diferencias. La experiencia se hace todavía más extrema cuando además de estar en un lugar remoto, estamos en un pueblo con una industria gastronómica limitada. Para los omnívoros, es cuestión de tener paciencia y disfrutar lo máximo posible. Para quienes llevan dietas especiales, deberían planificar cómo van a alimentarse durante esos días.

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Salinas al costado de la ruta. Japón es el principal importador de la sal que se produce en Baja California. México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

  1. Al llegar a destino, ¿dirías que te adaptás…

  1. con mucho trabajo y tiempo? Formás parte del grupo de personas que prefieren lo conocido porque, sabés, el cambio te desestabiliza. Más de una vez, sentiste que te adaptabas justo cuando tenías que volver.
  2. con bastante facilidad? Te tomás los dos primeros días para conectar con el lugar y su gente. Te divertís, buscás pasarla lo mejor posible porque sabés que antes de darte cuenta, volvés a tu rutina.
  3. al toque? Desde el comienzo, vivís tu viaje con tanta intensidad que no necesitás adaptarte: si no fuera porque tenés el pasaporte en el bolsillo o una valija enfrente, no te darías ni cuenta de que saliste de casa.

Fue en sus viajes que Charles Darwin comprendió que la sobrevivencia de las especies no depende de su fortaleza sino de su mejor o peor adaptación al cambio. Lo dijo el hombre que descubrió, ya sobre el barco, lo sensible que era a los movimientos del agua. Hablar inglés o el idioma local, conocer la historia y las costumbres del lugar al que vamos ayuda, pero no es todo. Gran parte del éxito de nuestra experiencia depende de la predisposición con la que nos manejemos desde antes de salir de casa. Los lugares y la gente que conozcamos pueden ser más o menos geniales pero, no nos olvidemos, pasarla bien no depende más que de nosotros mismos, sea donde sea.

Quienes llegamos a México desde América Latina, instantáneamente nos refugiamos en un gesto que nos es conocido: la calidez de la gente. Si bien tienen formas sociales y lingüísticas particulares, los choques culturales nunca serán tan ruidosos. Claro que, estando de viaje de carretera, el constante cambio de escenario se siente. Además, cada pueblo es un mundo.

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¿Vieron el chorro de agua que lanzan las ballenas por el lomo? Aunque no lo puedan creer, en este lugar, entre rocas y sin ballenas, se pueden ver unos chorros espectaculares.

La Bufadora, México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

Resultados del test

Mayoría de respuestas 1. Difícilmente elijas como primera opción un formato así de viaje. Quizá, te funcione el recorrido en auto como una escapada de fin de semana o para visitar un lugar cercano al que hayas elegido para descansar en tus vacaciones.

Mayoría de respuestas 2. Sí, sobrevivís especialmente si lo hacés por pocos días. Capaz que no es el tipo de viaje ideal para disfrutar pero sabés pasarla bien cuando surge.

Mayoría de respuestas 3. Tu vida es un viaje de carretera. Es probable que cualquier otra forma de viaje no te desagrade pero sí te aburra.

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¡Foto obligada para registrar el viaje de carretera a fondo!

Alguna parte de la ruta de Baja California. México – Marzo 2016 Ph: Jennifer Micó

Última parada. El contrato de alquiler del auto vence en un par de horas: justo antes de subirme al avión para el próximo destino. ¿Pistas? Playa, surf, Segunda Guerra Mundial… Hasta ahí pueden ser varios lugares pero si les digo “ojotas”, seguro lo adivinan. Empieza con hache y termina con “awai” =D ¡Invitarlos a escribirme y a pasar por mi Instagram, al igual que agradecer, nunca está de más! ¡Hasta la próxima!

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4 Comentarios

  1. 5 mayo, 2016 / 1:29 pm

    Es interesante leer un post de viaje en forma o diseño de test. Esto me hizo pensar sobre lo cómoda que soy o exigente que a veces me siento. Mis respuestas fueron la mayoría de respuestas 2. Hacer un viaje en carretera es de guerreros pero acepto que es una experiencia mucho más enriquecedora que tener un itinerario fijo en una sola ciudad.
    Muy buen post.

    • 6 mayo, 2016 / 11:29 am

      Qué felicidad (de verdad), Bárbara, que te haya gustado el post y que hayas hecho el test! =D La idea era precisamente esa: poner en palabras lo que nadie dice y a todos nos pasa alrededor de un viaje. Es loquísimo lo que podemos conocer sobre nosotros mismos cuando hacemos una escapada. Como vos, soy «mayoría 2» pero sobreviví a la carretera! Vas a ver que también tenés un guerrero interior!! =D

  2. Melissa
    10 mayo, 2016 / 8:49 pm

    Creo que podría sobrevivir, fui a muchos campamentos y me banco dormir en el piso por más que llueva pero admito que tener un baño privado sería ideal.
    Uno de mis destinos soñados (y que estoy planeando con una amiga) es Baja California aunque nunca pensé en hacerlo en carretera, alguien va a tener que aprender a manejar u.u Ahora que Ewan McGregor estuvo haciendo el mismo viaje me dieron más ganas. Si te acordás, ¿podés mencionar los nombres de los hoteles donde te alojaste?
    Adiviné tu próximo destino cuando leí Segunda Guerra Mundial. Imposible olvidarme de la película Pearl Harbour :’)

    • 26 mayo, 2016 / 8:47 pm

      Claro, una cosa es sobrevivir y otra cosa es ceder algunas comodidades sin dejar de disfrutar! Cada uno sabrá cuáles son los servicios que no se negocian!
      Qué bueno que esté planeando un viaje para Baja (¡qué bueno es planear un viaje, a donde sea!). Te paso los nombre de los hoteles:
      1. Los Pelícanos (Rosarito)
      2. Hotel Ballenas (Guerrero Negro)
      3. Guillermo’s Hotel (Bahía de los Ángeles)
      4. Hotel Cactus (El Rosario)
      5. Hotel Bahía (Ensenada)
      6. La Villa de San Quintín (San Quintín)
      7. Hotel Regis (Mexicali)
      8. La hacienda de la langosta roja (San Felipe)

      Quiero saber sobre tu viaje!! Escribime! =D Besooo

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