[English translation below}
¡NUEVO LOOK, NUEVA CHARLA!
Esta vez es hora del look numero 4 de la Semana de la Moda en Nueva York y hora de contarles como es DE VERDAD mudarse de un país a otro, algo que hice no sólo una vez, sino ¡DOS!
La idea de este post NO es que sea una guía acerca de cómo irse a vivir a otro país, NI cómo conseguir una visa ni un permiso de trabajo NI tampoco una larga lista de consejos prácticos, sino un relato sincero de cómo se siente esto de juntar todo, armar las valijas, y tomarse un vuelo a la otra punta del mundo.
Para empezar, algo que me suelen preguntar mucho es si siempre supe que quería vivir en otro país y la respuesta (aunque suene tonta u obvia) es SI y NO.
¿Por qué SI entonces? Por los libros, por las películas y series que veía y leía cuando era chica. Siempre tuve la curiosidad de explorar otros lugares. Siempre soñé con ir al colegio o a la Universidad en Estados Unidos (muchas películas jaja). Ya les he contado que apliqué a becas para ir a hacer un master después de haberme recibido y también en uno de mis trabajos averigüe por la posibilidad de seguir desenpeñandome dentro de la empresa pero en una oficina en el exterior. El sueño, el deseo, la volntad, las ganas… todo eso estaba.
Sin embargo… NO. La verdad es que de más chica no lo vi posible por mirar a quienes me rodeaban. Nadie, pero literal ninguna de las personas que conocía a través del colegio, de mi familia, de mis actividades extracurriculares (como inglés o gimnasia artística)… NADIE había vivido o trabajado en otro país que no fuera Argentina. Muchas personas no habían siquiera vivido en otro lugar que no fuera Berazategui (la ciudad donde crecí y viví durante 20 años). Así que mi sueño… no era posible. O al menos eso creía.
Cuando era adolescente y muy fanática de Avril Lavigne me acuerdo muchísimo de escuchar la canción «Anything but ordinary» que dice en una parte «Somebody save my life, I’d rather be anything but ordinary please» y me acuerdo pensar eso: quiero ser cualquier cosa menos «normal».
Es cierto que en esa época «turbulenta» de la adolescencia uno piensa muchas cosas que tal vez no son tan reales, o ciertas porque nos parece que todo lo malo nos pasa a nosotros o que nada nos sale bien… pero si algo que se mantuvo constante incluso cuando crecí fue el no querer una vida NORMAL.
Y sin embargo… ahí estaba hace 4 años, en octubre de 2015 con mi vida «normal».
Ok, no todo era normal, y justo estaba muy cerca de hacer dos de los viajes más increíbles que se me dieron a lo largo de estos años, a Londres y al Caribe, pero también mi vida estaba a punto de dar un vuelco personal enorme (que viéndolo a la distancia iba a cambiarlo TODO) pero por dentro, y de a ratos, me sentía bastante vacía.
Sentía que no estaba haciendo nada especial, ni viviendo nada especial, y que simplemente no lo pensaba para no deprimirme (tampoco es que ahora esté en una cruzada cambiando el mundo, pero al menos en el día a día me siento mucho mejor con mi presente y lo que hago).
Mientras tanto, tenía una relación a distancia y charlas constantes de… «y que tal si…». Y esos planes locos, esas ideas sin demasiado sustento, esos sueños se conviertieron finalmente en algo concreto: en julio de 2016 me fui a Nueva York.
Entonces… es difícil responder la pregunta acerca de si es algo que planee desde siempre o no. La realidad es que es algo que siempre supe que quería, pero que al mismo tiempo tampoco creía que fuera posible.
Y a pesar de que se vea mágico o idílico, mudarse a otro país no es tarea fácil e implica un montón de cosas que uno ni siquiera imagina al principio.
En primer lugar significa estar dispuesto a reinventarse y EMPEZAR de NUEVO.
Mudarse a otro país muchas veces puede significar cambiar de trabajo, de rol, de empresa, de rubro, empezar completamente de cero en una carrera nueva, en algo que uno siempre soño o también algo totalmente inesperado. Y es aceptar y abrazar ese cambio que viene con la mudanza.
Es descubrir una nueva capa o faceta de uno mismo que probablemente no sabíamos que existía.
Muchas significa empezar relaciones o cosas que dabamos por terminadas de nuevo: volver a ir a la escuela, a la universidad, ser «el nuevo» en un trabajo, una primera cita…. y la lista es eternarna. Cada día es literal un nuevo comienzo y algo nuevo por primera vez.
Por otro lado, es estar dispuesto a SOLTAR.
Mudarse a otro país es realmente una de las ocasiones más grandes en las cuales uno tiene que soltar, que dejar ir… porque realmente no queda otra opción.
Algunos meses antes de viajar a Nueva York en 2016 leí «La magia del orden», de Marie Kondo. Tenía el libro hace meses y por un motivo u otro lo postergaba y no llegaba jamás a leerlo. Hasta que prácticamente como por «arte de magia» lo abrí y empecé en el momento que más lo necesitaba.
Más que nunca antes necesitaba un cambio en mi vida, sentía que nada material podía ayudar con el vacío emocional y fue la oportunidad perfecta de deshacerme de un montón de cosas, y justamente, de mudarme.
Si bien trabajo junto a marcas de ropa y de belleza y tener y poder probar y reseñar cosas es parte de lo que hago día a día, creo que no nos damos cuenta realmente de cuanto acumulamos (y cuanto realmente NO necesitamos) hasta que llega el momento de mudarse.
Siempre digo en chiste que uno debería mudarse cada 2 o 3 años para poder limpiar el espacio en el que vivimos y hacer un verdadero balance de lo que precisamos en el día a día y…. mudarse de país te expone a eso aún cuando no lo quieras.
Es imposible llevar TODO en una, dos, tres o cuatro valijas… e incluso si tenes la posibilidad de mandar cajas o hasta un container, es necesario dejar atrás muchas cosas. Cosas, recuerdos, mementos… mucho que representa lo que fuimos, lo que vivimos, pero que en definitiva es parte de nuestro pasado.
Mudarse a otro país permite, más que nada tal vez, empezar de nuevo, arrancar con una hoja en blanco.
Pero además de todo eso, mudarse de país es enfrentarse a todo lo nuevo, y lo nuevo muchas veces genera miedo. Y es normal.
De repente no sólo no sabes cual es el mejor supermercado cerca de tu casa, ni cuanto sale preparar tu comida favorita, sino que tal vez tampoco entendes el idioma, ni cómo hacer para alquilar un departamento ni cómo viajar en transporte nuevo.
Es aprender otra vez las cosas más básicas, y estar dispuesto a equivocarse. A no entender chistes o costumbres o frases básicas, y entender que está bien y que todo, todo lleva tiempo.
Es tenerse paciencia a uno mismo. Incluso en los peores momentos o en los más difíciles.
Pero es además saber ver lo valientes que somos, que fuimos. Si bien mudarse de país no es una opción para todo el mundo todo el tiempo, mucha gente que podría hacerlo sin problema… no lo hace.
Porque sí, es más fácil y más cómodo quedarse con lo que sabemos, con lo que conocemos. Con la ciudad en la que nacimos, la gente que conocemos desde chicos, el idioma que sabemos desde que aprendimos a hablar o la carrera que elegimos hace años… pero si elegís mudarte… sin dudas te haces más fuerte, más valiente y crecés un montón. Aunque no lo creas o no lo esperes.
Y sin dudas lo recomiendo.
¡Espero les haya gustado este nuevo look y esta nueva charla!
Y si se animaron a «pegar el salto» y se fueron a vivir a otro país o si lo están pensando pero aún no se animan… dejen un comentario abajo, me encantaría saber de ustedes, y tal vez ayudarles con lo que puedan necesitar. Los leo abajo 🙂
Besos, Flor.
NEW LOOK, NEW TALK!
This time it is time for the look number 4 of NYFW and time to tell you what it’s REALLY LIKE moving to another country, something I did not only once, but TWO!
The idea of this post is for it NOT to be a guide on how to move to another country, or how to get a visa or a work permit or a long list of practical advice, but a candid account of how it feels put everything you have in a suitcase, and take a flight to the other side of the world.
For starters, something I usually get asked a lot is if I always knew that I wanted to live in another country and the answer (although it sounds silly or obvious) is YES and NO.
Why YES then? For the books, for the movies and TV shows that I saw and read when I was a girl. I was always curious to explore other places. I always dreamed of going to college or university in the United States (many movies haha). I have already told you that I applied for scholarships to go to do a master’s degree after having received me and also in one of my works I found out about the possibility of continuing to work within the company but in an office abroad. The dream, the desire, the will, the desire … all that was.
However … NO. The truth is that as a girl I didn’t see it possible to look at those around me. No one, but literally none of the people I knew through school, from my family, from my extracurricular activities (like English or artistic gymnastics) … NO ONE had lived or worked in a country other than Argentina. Many people had not even lived anywhere other than Berazategui (the city where I grew up and lived for 20 years). So my dream … was not possible. Or so I thought.
When I was a teenager and a big fan of Avril Lavigne I remember very much listening to the song «Anything but ordinary» that says «Somebody save my life, I’d rather be anything but ordinary please» and I remember thinking that: I want to be anything but «normal.»
It is true that in that «turbulent» age of adolescence one thinks many things that maybe are not so real, or true because we think that everything bad happens to us or that nothing goes well for us … but something that remained constant even when I grew up was not wanting a NORMAL life.
And yet … there I was 4 years ago, in October 2015 with my «normal» life.
Ok, not everything was normal, and I was just very close to making two of the most incredible trips that I had throughout these years, to London and the Caribbean, but also my life was about to take a huge personal turnaround (that seeing it in the distance was going to change EVERYTHING) but inside, and at times, I felt quite empty.
I felt that I was not doing anything special, nor living anything special, and that I simply did not about it that much, so I wouldn’t get depressed (nor is it that I am now in a crusade changing the world, but at least in the day to day I feel much better with my present and what I do).
In the meantime, I had a long distance relationship and constant talks of … «and what if …». And those crazy plans, those ideas without too much support, those dreams finally became something concrete: in July 2016 I flew to New York.
So … it is difficult to answer the question about whether it is something that I have always planned or not. The reality is that it is something I always knew I wanted, but at the same time I didn’t think it was possible.
And even if it looks magical or idyllic, moving to another country is not an easy task and involves a lot of things that one does not even imagine at first.
First of all it means being willing to reinvent yourself and START AGAIN.
Moving to another country can often mean changing jobs, roles, companies… starting completely from scratch in a new career, something that one always dreamed of or something totally unexpected. And it is to accept and embrace that change that comes with the move.
It is discovering a new layers of oneself that we probably did not know existed.
Many times it means starting relationships or things that we ended up again: going back to school, to college, being «the new» in a job, a first date … And the list is eternal. Every day is a new beginning and something new for the first time.
On the other hand, is being willing to LET GO.
Moving to another country is really one of the biggest occasions in which one has to let go, to let go … because there really is no other option.
A few months before traveling to New York in 2016, I read «The Magic of Order» by Marie Kondo. I had the book months ago and for one reason or another I postponed it and never read it. Until practically as if by «magic art» I opened it and started when I needed it most.
More than ever before I needed a change in my life, I felt that nothing material could help with the emotional emptiness and it was the perfect opportunity to get rid of a lot of things, and just moving.
While I work with clothing and beauty brands and having and being able to try and review things is part of what I do every day, I think we don’t really realize how much we accumulate (and how much we really DO NOT need) until the arrival time to move
I always say as a joke that one should move every 2 or 3 years to be able to clean the space in which we live and make a true balance of what we need on a day-to-day basis and…. Moving out of the country exposes you to that even when you don’t want it.
It is impossible to carry EVERYTHING in one, two, three or four bags … and even if you have the possibility of sending boxes or even a container, it is necessary to leave many things behind. Things, memories, mementos … much that represents what we were, what we live, but that is definitely part of our past.
Moving to another country allows, more than anything, perhaps, to start over, to start with a blank slate.
But besides all that, moving out of the country means facing everything new, and the new often creates fear. And it is normal.
Suddenly not only do you not know which is the best supermarket near your home, or how much you prepare your favorite food, but maybe you do not understand the language, how to rent an apartment or how to travel by new transport.
It is learning the most basic things again, and being willing to make mistakes. To not understand jokes or customs or basic phrases, and understand that it is good and that everything, everything takes time.
It is to be patient with yourself. Even in the worst or most difficult times.
But it is also knowing how to see how brave we are, what we were. While moving out of the country is not an option for everyone all the time, many people who could do it without a problem … do not.
Because yes, it is easier and more comfortable to stay where we know eveyrthing. With the city in which we were born, the people we know since we were kids, the language we know since we learned to speak or the career we chose years ago … but if you choose to move … without a doubt you become stronger, braver and grow a lot . Even if you don’t believe it or don’t expect it.
And I definitely recommend it.
I hope you liked this new look and this new talk!
And if you took the plunge, and went to live in another country or if you are thinking about it but still do not dare … leave a comment below, I would love to hear from you, and maybe help you with what you may need. I read them below 🙂
xx, Flor.
GET THE LOOK
Shirt, Ted Bodin* – Jeans, Addition Elle* – Shoes, Medium Bs As* – Bag, Skinny Dip London* – Sunnies, Chloé *
* All items marked with asterisks were gifts from the mentioned brands.
Pictures thanks to my girl Lessie.
Siempre senti que no pertenezco al lugar donde estoy, a la vida que llevo, siempre senti que mi vida era en otro lugar, pero nunca nunca me anime a cambiar eso, y es algo q me voy a reprochar siempre, admiro tu valentia, tu capacidad y voluntad para hacer de tu vida, tu felicidad, estudiaste, te animaste y ahi estas, viviendo nuevas experiencias, sos grande Flor, muy grande!!!
Autor
Laly, ¡no es tarde! No te quedes con el reproche, hacelo posible. Se que suena a libro de auto ayuda pero es verdad. Puede ser a otra ciudad, a otro país cercano o mas lejos. Hacelo 🙂
Hola Flor,más que identificada con este post.. hace casi 5 años deje Venezuela, en el medio de una crisis política pero al mismo tiempo con el fin de poder iniciar una vida en pareja (me casé unos días antes de salir del país).. La verdad es que cambia TODO en la vida, pero soy feliz de la oportunidad que tuve, siento que muchas personas no tienen la forma, los medios o simplemente no se atreven por todos los cambios que implica.
Y aun así, siento que no estoy aun en mi lugar, que me falta mucho camino por andar, pero aquí estoy, reinventandome cada día.
Soy Venezolana, me mudé a Buenos Aires en 2015 y hace dos años y medio resido en Neuquén… mi bitácora aún con páginas en blanco en espera de más historias….
Besos
Ay Flor! Estoy taaaan en ese momento que me hiciste llorar. Soltar es el aprendizaje más grande para mi en este momento y me está costando un montón. Gracias por contarlo asi.
Beso!
Betsy
Autor
Ay sos hermosa! Te animaste Bets, ese es el paso mas grande y mas dificil. Estoy segura que te va a ir mas que bien 💛
Tal cual Flor! Me mudé a Madrid hace un año, y hay días en que parece que llegué ayer. Incluso teniendo una cosa, trabajo, rutina… A veces me siento perdidisimaaaaa! Igualmente creo que cuando una se va, ya no hay vuelta atrás. Se puede volver, claro, pero no volver igual. El bichito de la expat! Jajaja una canción que me encanta, y en parte habla de eso, se llama Patagonia de Xoel López ♥️ un besitooooo
Sos una inspiración <3
#floritosoctubre
Agus
Leo tu post con una mezcla de ansiedad y angustia porque muero por irme a vivir a otro país pero no hay forma de convencer a mi novio de irnos juntos. Es el sueño de toda mi vida pero implica separarme de la persona que amo y con quien estoy hace 9 años. A veces el costo de cumplir con tu deseo es demasiado alto.
Autor
Ay! Que dificil. Entiendo lo que se siente pero al mismo tiempo es dificil darte un consejo (que presion opinar sobre la vida de otrxs jaja). Lo que te aconsejaria es que quizas evalues en una «balanza» que pesa mas. A veces lanzarnos por nuestros sueños y aventuras es la mejor decisión y todo lo demás después se acomoda, quizás hasta de una forma que jamás lo hubiéramos imaginado.
Ame el post, siempre fue mi sueño ir a otro país. Principalmente quiero ir a tomar clases de danza (soy bailarina) a NY pero te juro es la misma situación que describís, o sea nadie de mi entorno se fue, creo que ni siquiera salieron de argentina, y eso me desalienta un montón, se ve como super inalcanzable.
Autor
a veces cuesta mas por eso… pero es posible igual!!
Te mando muchos exitos desde aca!
pd: perdón la demora en responder!